Juniors y democracia
Cuando los militantes de un partido no evitan que los rebase el hijo del líder, el apellido del Presidente, las relaciones forjadas por la cercanía al poder, los simples ciudadanos menos podemos impedirlo.
Podemos no estar de acuerdo, pero no lograremos obstruir que el nombre de Colosio padre o de AMLO sea aprovechado por uno de sus hijos. Máxime cuando la opinión pública y los sondeos de popularidad premian a algunos juniors (a otros los condenan). Lo que nos toca a los sin-partido es evaluar la trayectoria de los “hijos de”, sus capacidades y posicionamientos. ¿Tienen méritos propios? ¿Hay pruebas de que sean corruptos? ¿Lo que proponen es sensato?
Muchos politólogos contraponen la tecnocracia (gobierno de expertos) con el populismo (gobierno........
© La Razón
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