A pocas horas de haber concluido la cumbre de jefes de Estado de América del Sur efectuado en Brasil el lunes pasado, con un llamado unánime para la unión regional, la presidenta peruana Dina Boluarte desafió, el miércoles, al “Consenso de Brasilia” al autorizar el ingreso de más de 1.000 militares de Estados Unidos para realizar entrenamientos con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el vecino país.

Con la posición del gobierno peruano quedó en aguas turbulentas la idea de formar una Sudamérica fuerte, segura y políticamente organizada con una verdadera identidad latinoamericana y caribeña. Quedó también en el limbo las propuestas del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva para el futuro de la región, para profundizar la identidad sudamericana en el ámbito monetario; reducir la dependencia de monedas extraterritoriales; ampliar los mecanismos de cooperación de última generación, y priorizar proyectos de alto impacto para la integración física y digital.

El resultado de la cumbre regional que fue bautizado como el “Consenso de Brasilia” incluye un acuerdo entre los 12 países de la región para elaborar una “hoja de ruta” para la integración sudamericana, sin la injerencia militar foránea.

Pero la posición de Perú de autorizar el ingreso de tropas estadounidenses en su territorio despierta profundas preocupaciones, especialmente en los gobiernos de izquierda.

El diario oficial El Peruano, en su edición del miércoles, publicó dos resoluciones. La primera Resolución Legislativa 31758, que fue aprobada por el Congreso y refrendada por el Ejecutivo peruano, señala que los “marines” estadounidenses llegarán al vecino país con armas de guerra para realizar “actividades de cooperación de entrenamiento” en distintas fechas comprendidas entre el 1 de junio y el 31 de diciembre del presente año. Además, el anexo conjunto indica que un primer grupo encargado del entrenamiento estará compuesto por 25 miembros de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos que portarán al ingresar a territorio peruano fusiles, pistolas, ametralladoras, lanzagranadas, cañones cortos, morteros y escopetas de diversos calibres.

En la segunda resolución, Perú autoriza el ingreso de medios aéreos, medios náuticos y personal militar estadounidense para que realicen “actividades de cooperación de entrenamiento” con las Fuerzas Armadas, asociadas con el Ejercicio Militar Internacional “Resolute Sentinel 2023”.

Las críticas internas no se dejaron esperar y es así que la excandidata presidencial, la progresista Verónika Mendoza, calificó a Boluarte de títere de Estados Unidos y pronosticó que, tarde o temprano, habrá una salida democrática a la crisis política que vive Perú con una nueva Constitución.

Recordemos que las protestas sociales en el vecino país, registradas entre diciembre de 2022 y marzo último, dejaron un saldo de casi 70 muertos, según datos de la Defensoría del Pueblo que monitoreó las manifestaciones contra la presidencia de Boluarte en reemplazo del mandatario Pedro Castillo, apresado y destituido por el parlamento por el intento de su cierre.

Ante este panorama, el “Consenso de Brasilia” tendrá que trabajar arduamente para afrontar los desafíos compartidos en la construcción de una región pacífica, fortaleciendo la democracia, promocionar el desarrollo económico y social, la lucha contra la pobreza, el hambre en todas las formas de desigualdad y discriminación, y por sobre todas las cosas la no intervención e injerencia de fuerzas militares de países foráneos.

Alfredo Jiménez Pereyra es periodista y analista internacional

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Perú desafía al ‘Consenso de Brasilia’

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04.06.2023

A pocas horas de haber concluido la cumbre de jefes de Estado de América del Sur efectuado en Brasil el lunes pasado, con un llamado unánime para la unión regional, la presidenta peruana Dina Boluarte desafió, el miércoles, al “Consenso de Brasilia” al autorizar el ingreso de más de 1.000 militares de Estados Unidos para realizar entrenamientos con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el vecino país.

Con la posición del gobierno peruano quedó en aguas turbulentas la idea de formar una Sudamérica fuerte, segura y políticamente organizada con una verdadera identidad latinoamericana y caribeña. Quedó también en el limbo las propuestas del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva para el futuro de la región, para profundizar la identidad sudamericana en el ámbito monetario; reducir la dependencia de monedas extraterritoriales; ampliar los mecanismos de cooperación de última........

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