Reforzar el control de lo público

Los consejeros de la Audiencia de Cuentas de Canarias en un pleno. / ED / LP

La independencia de los órganos de control no es un atributo decorativo: es la condición que define su razón de ser. Sin autonomía real, la fiscalización se convierte en un ejercicio formal que diagnostica problemas sin capacidad para corregirlos. Canarias, con una arquitectura institucional extensa y un nivel creciente de complejidad administrativa, necesita reforzar precisamente ese valor: la garantía de que quienes examinan el gasto público, evalúan políticas o supervisan contratos lo hacen sin interferencias, sin presiones y sin condicionantes partidistas.

Para mejorar esta independencia hay que abordar la forma de designación y renovación de sus responsables. En muchos