Las marchas del pasado domingo fueron contundentes, y políticamente ya tienen unos efectos muy importantes que se extenderán en el tiempo. Por volumen y energía las podemos asimilar a las marchas de 2008 contra el secuestro y contra las Farc. Siempre estos eventos están destinados a mandar mensajes a determinados actores estatales y sociales. Y la lectura que estos hagan es lo que tiene la capacidad de cambiar el rumbo de los hechos. Entonces, lo simbólico se transforma en algo con valor real, medible.
El primer destinatario de la carta escrita por los marchantes fue el presidente Petro. La carta fue escrita en términos de antagonismo, con palabras duras y descalificadoras. Pero el asunto es que casi siempre movimientos como los del domingo escriben así, fuerte; aunque hay que resaltarlo, sin violencia física. El mensaje para el Presidente le dice que se atempere, que deje atrás su temeridad, su pugnacidad, y que la construcción de su obra de gobierno se haga leyendo la realidad y tomando en cuenta a todos........