Los calamitosos incendios que vienen ocurriendo en las últimas semanas en el país hacen que la tragedia climática mundial se sienta cara a cara, en la sala de la casa. Ya no son las llamas que acaban con los bosques de España, Portugal, Grecia y Australia. Son nuestros páramos y sus tapetes de frailejones los que en cuestión de días quedan devastados y cuya recuperación se estima siglos. Cada año se establece como el más caluroso desde que existen mediciones, lo que indica que estamos ante una cuesta ascendente sin pausa ni retorno.
Entonces, afloran los reproches a la conducta humana y el sistema de producción, con toda la razón, y se mira hacia todas partes buscando una respuesta que de esperanzas de solución de este problema, el más grande y amenazante que tiene la humanidad. Al estado actual hemos llegado por unos usos y costumbres que se ha evidenciado en las últimas décadas son letales para el planeta Tierra; y como este planeta es el líquido amniótico que nos sostiene con vida después de nacer, entonces el deterioro y envenenamiento del........