
Cambalache y sindéresis
“Que el mundo fue y será una porquería” nos lo ha dicho, con diferentes voces, Enrique Santos Discépolo desde 1934. Rara vez escapamos, como colombianos, a nuestro escándalo de cada día. Son tantos y con tanta frecuencia que sin haber alcanzado a entender bien lo que sucedió, porqué, quiénes están involucrados y cuáles serán sus implicaciones, un nuevo escándalo aparece opacando el que no hemos terminado de discernir. Así, presenciando un carrusel frenético de corrupción, traiciones y violencia, unos ciudadanos toman el camino de la indignación que pronto le abre paso a la ira y al extremismo. Para ellos, la política no es otra cosa que un campo de batalla en el que el enemigo no es un enemigo relativo sino absoluto. Alguien con quien no vale la pena llegar a ningún acuerdo y, por lo tanto, con quien no se puede convivir.
Con ello, abonan el terreno para una reacción demagógica y........
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