Cuando el episodio Liberland es el rasero, cualquier idea, la que sea, parece superación. De ahí el riesgo que tenemos con el nuevo gobierno municipal. Que el alcalde pasado nos colmara a punta de insensateces, no puede llevarnos a creer que con el actual todo será un esplendor de buen juicio.
En pocos días, el alcalde Rojas está usando el comodín de vendernos algunas cosas como sensatas sin mayor argumento que mostrarlo como una “desliberlandización”, es decir, como una respuesta contra el espanto que nos dejó Carlos Mario Marín. Digamos que era previsible, pues parte de la elección de Rojas tuvo ese mensaje de querer “desliberlandizarnos” pronto. Por eso mismo, algunas ideas nuevas merecen el beneficio del tiempo para que muestren cosas.
Sin embargo, hay otras propuestas que ya de entrada se ven como salida fácil de “desliberlandización”, en las que su oposicion al pasado disfraza que está evadiendo decisiones impopulares. Un ejemplo es la mala decisión de no controlar la velocidad de los vehículos con el sistema de cámaras........