La evolución en la forma de cocinar ha sido un viaje fascinante, y los cilindros de gas se han convertido en una parte esencial de esta transformación. En un pasado no tan lejano, la mayoría de los hogares dependían del carbón o la leña para sus necesidades culinarias. Aunque estos métodos eran efectivos, generaban humo y ensuciaban el ambiente, planteando serios problemas de salud y contaminación. En este contexto, el gas licuado de petróleo (GLP) emergió como una alternativa más limpia y eficiente a finales del siglo XIX.

El verdadero punto de inflexión llegó en 1910, cuando el químico estadounidense Walter Snelling hizo un descubrimiento crucial al lograr licuar y almacenar gases derivados del petróleo. Este avance no solo facilitó el uso doméstico del GLP, sino que........

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