Omar Estacio Z: ¡Más loco será usted! |
El tema no es para reír, aunque en muchos casos la locura ajena provoque carcajadas.
Pese a que ha caído en cierto desuso en el mundo de la psiquiatría, la sabiduría popular rehúsa a abandonar el término, loco, y sus respectivas clasificaciones, para manejar mejor el flagelo.
Es que no hace falta saber tocar el violín ni ser un virtuoso del piano, para apreciar que determinada orquesta desafina y que sus integrantes, característicos intérpretes de “Los Maestros Cantores de Núremberg” del racista, Richard Wagner, estarían mejor clasificados en una de esas bandas buscadas por Interpol.
Entremos en las clasificaciones correspondientes:
“Loco de Cabuyita”, para aquellos casos que obligan a encadenar al afectado de una de las patas de su cama clínica.
“Loco de Brinquito”, de acuerdo con las crisis diplomáticas, familiares, colectivas, sociales, que desencadenen su coprolalia, vulgaridad, su maltrato a excompañeras –permanentes o supernumerarias– a excolaboradores, excompinches, jefes de Estado vecinos, exaliados y hasta con miembros de la realeza.
“Loquito”, así, en diminutivo, que se asimila a........