María Corina Machado: La hora de Venezuela

Mis compatriotas en el extranjero son ya más de 8 millones, más de la cuarta parte de la población de Venezuela. Los sufrimientos que han vivido para llegar hasta este extremo son inenarrables. Y muchos de ellos suelen advertirlo, cuando observan signos de deterioro en las democracias de sus países de acogida: “los venezolanos venimos del futuro”. Por eso, en estas breves líneas quiero referirme, en primer lugar, al modo en que perdimos la libertad y la democracia en mi país, pero sobre todo al modo en el que la vamos a recuperar.

Todos los tiranos requieren dividir a la sociedad. Se levantan sobre la discordia; se hacen fuertes difamando y separando a la gente. Chávez no hizo más que confirmar esa regla, escogiendo a la mitad del país como enemigo interno. Su asamblea constituyente no fue más que un subterfugio para desmontar el orden constitucional, aprovechando la transitoriedad de ese período para echar mano de todos los órganos del poder público. Saqueó las finanzas del Estado, expropió a múltiples actores privados y puso a Venezuela en la órbita de las autocracias más poderosas del planeta. Maduro recogió sus ruinas y profundizó la tragedia, reprimiendo a la población y propiciando el mayor éxodo que ha experimentado cualquier nación que no sea víctima de una guerra o de un desastre natural.

Pero los venezolanos no nos hemos rendido jamás. A pesar de los pesares, nunca hemos dado por perdida la oportunidad (y la necesidad) de recuperar nuestra libertad y nuestra democracia. De cada golpe recibido, de cada fallo, de cada dolor ha emergido un profundo aprendizaje colectivo. No es fácil enfrentar a una autocracia criminal y cleptocrática que, sin escrúpulo alguno, castiga a la gente y........

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