El 4 de julio, Venezuela se llenó de esperanza y determinación. La multitud que se congregó fue más que una simple manifestación; fue un grito colectivo por un país mejor. La participación masiva fue un testimonio de la voluntad y el compromiso de cada individuo. No fue una movilización forzada, sino una respuesta espontánea de corazones que anhelan un cambio. Cada persona contribuyó con sus recursos y su pasión, demostrando que la esperanza es un motor poderoso.
Imaginemos una Venezuela donde la ética, los valores y los principios prevalezcan. Un país donde nuestros hijos y nietos puedan regresar con orgullo para reconstruir lo que merecemos. María Corina Machado personifica esta visión, liderando con firmeza y convicción.
El 5 de julio, el........