Con mucha tristeza y mayor frustración doy parte del lamentable fallecimiento ayer de nuestro amigo, compañero y directivo fundador de la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, Sergio Matamoros Pulido, luchador de muchos años de este esfuerzo de convencer a los venezolanos de la necesidad de pensar y transformar el país desde adentro. En los últimos años, Sergio se distanció de la militancia permanente que exigía este esfuerzo conjunto, debido a una dolencia pulmonar que acabó finalmente con su vida. Hoy en ANCO, de nuevo, nos encontramos de luto por la pérdida irreparable de uno de nuestros más importantes bastiones intelectuales.
Pero no quisiera decirle adiós a Sergio Matamoros Pulido (porque al final uno no se despide de nadie, sino que lo vuelve a encontrar más adelante porque para allá vamos todos) sin antes plantearle a Mateo Sánchez, el seudónimo que usaba para sus batallas intelectuales, un último intercambio suyo para la posteridad. Porque el debate era para Sergio un alimento indispensable para su alma intelectual que se manifestaba en la confrontación de ideas. No lo puedo dejar ir sin mostrarle a quienes no le conocieron un cruce de pareceres como los que solíamos tener, aunque sean póstumos.
Las discusiones con ese maestro eran magistrales, valga la redundancia, y como el educador nato que fue, todas sus referencias siempre comenzaban con una historia que determinaba un corolario como lógica conclusión. Extrañé esas historias desde el mismo momento en que su enfermedad las hizo imposibles, porque oírlo era un verdadero deleite en el recorrido anecdótico de la historia de Venezuela y del mundo.
Sergio, así como otro compañero que partió antes que él, Hinderburgo Becerra, habían abandonado un retiro laboral y político muy bien ganado de su vida por perseguir el sueño del cambio que le propusimos al país, El Gran Cambio de ANCO (ver El Gran Cambio, una Propuesta apara la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).
Y como no voy a poder, por designio de Dios, continuar debatiendo con Sergio, preferí, antes de realizar una reseña biográfica de este ser humano excepcional, que era mejor dirigirle una carta, que quizás por aquellos avatares de la física cuántica, quien sabe si le llegue donde esté, y a la vez darle un tiempo para que tenga una respuesta para cuando nos consigamos de nuevo y seguir la discusión.
Par ponerlos antes en contexto, Sergio era un individuo muy pragmático, político de la “real politik”, muy aterrizado de la realidad, que adhirió al sueño de ANCO porque estaba convencido que era imprescindible, pero que dada su muy particular manera de ver la realidad lo veía muy difícil –si no imposible- hacerlo realidad con los actuales componentes atrasados de la política venezolana. Él era una especie de “cable a tierra” del resto de soñadores que creemos que Venezuela, si bien no tiene ahora las condiciones, no significa que no exista madera para construirlas. Que ese sueño hay que trabajarlo y concretarlo. Y eso, mis queridos amigos, es una discusión eterna… Pero a pesar de eso, las diferencias nunca nos distanciaron, sino más bien nos complementaron.
De los extensos debates con Sergio he escogido una selección especial de párrafos y frases del “arsenal” de Matías Sánchez, ocurridos en una época dura del país entre octubre de 2017 y enero de 2018, que me servirán para esta carta póstuma, y que a su vez les darán a ustedes una idea precisa del talante discursivo que destacaba en nuestro amigo Sergio Matamoros Pulido, y de lo consustanciado que estaba con el cambio que impulsamos para Venezuela. Aquí les va la carta:
Estimado Sergio,
Te escribo esta carta póstuma muy triste por tu partida sin despedida. Bueno, supongo que es mejor una despedida a la francesa que una desaparición sin excusas, que aunque se parezcan no son lo mismo, porque en la primera siempre se cuenta con el que se va. Y........