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León Sarcos: Nacer o no nacer o el inconveniente de haber nacido

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10.08.2024

La lucidez es el único vicio que hace al hombre libre. Libre en un desiertoCuando se rechaza el lirismo, emborronar una página se convierte en un infortunio: ¿qué sentido tiene escribir para decir exactamente lo que se tiene que decir? E. Cioran (1911-1995).

Siempre dudé desde que los príncipes del Sol me ordenaron realizar esta corta travesía. En la medida en que me aproximaba a los acantilados de la vida y mis órganos se gestaban en el vientre de mi madre, mi lento y progresivo despertar era asaltado por los temores propios de una filosofía de vida de aquilatado valor antropocéntrico.

Tres de la mañana. Percibo este segundo, después este otro; hago el balance de cada minuto. ¿A qué viene todo esto? A que he nacido. De cierto tipo de vigilia viene la inculpación del nacimiento. E. Cioran. De solo sentirlo lloro mi muerte anunciada por todas las madres del mundo.

La dilución de algunas creencias

Había leído, de un viejo sabio, que los dioses van cambiando de identidad, y las creencias también, cuando se desgasta la capacidad de asombro, la facultad de hacer el bien y el umbral de sustanciar la fe con el paso de los siglos. Por eso, mis dudas tomaban cuerpo, aun convencido de que es tarea compleja para el humano –en un lapso de tiempo tan breve de su estancia en la Tierra– sembrar verdad, amor y belleza en los otros, para que sean mejores de condición que quienes les precedimos.

Alumbrado por la estética de ese noble aprendizaje que pudiera hacerse perecedero y justificador de la brevedad de la estadía para ayudarme a comprender con más diligencia a la muerte, intento acercarme cada vez más a este hermoso cuento religioso que comienza a agotarse.

El paraíso no era un lugar soportable, de lo contrario el primer hombre se hubiera adaptado a él: este mundo tampoco lo es, ya que en él se añora el paraíso o se da otro por seguro. ¿Qué hacer? ¿A dónde ir? No hagas nada. No vayáis a ningún sitio, así, sin más.

No pregunta el humano cuándo viene ni a dónde quiere ir, él es soldado únicamente desde que es encapsulado en la nave matriz –y ya nunca debería ser más, por el contrario, nacido para ser libre, siempre y hasta que la muerte lo separe del espacio terrestre–, buscará ser un adalid de la libertad contra la dominación de los otros y de la ciencia y la tecnología, a menos que en su genética y sus aprendizajes priven instintos sádicos y masoquistas, sea un fruto resentido de la paternidad irresponsable, desee vengar su mediocridad en otros, quiera demostrar fortalezas que su miserable alma no posee, o simplemente es posible que encuentre placer en privar de la vida a otros.

En las grandes perplejidades, redúcete a vivir como si la historia estuviera clausurada, y a reaccionar como un monstruo devorado por la serenidad. E. Cioran. Al final, uno es apenas el reinicio de un muy antiguo, ya muy longevo, sensible e infinito cordón que un día se reencontrará con el punto que dio origen al principio.

El aborto dejó de ser tabú

Legalizar el aborto es un paso trascendental para obtener una sociedad más equitativa, más igualitaria, más democrática y más humana. Dora Barrancos (Historiadora).

Se acepta médicamente la distinción entre dos grandes categorías de suspensión del embarazo, avaladas por la Organización Mundial de la Salud: el aborto espontáneo, que sucede de modo natural, independiente de la voluntad del médico y el paciente, y el provocado, consecuencia de la acción directa del médico o de cualquier otra persona sobre la evolución de un embarazo normal o no.

Es indudable que el tema del aborto a principios de este siglo ha comenzado a dejar de ser tabú. De acuerdo con Ipsos S.A. –consultora especializada en estudios de mercado con sede en Francia–, en una encuesta realizada en 29 países publicada en agosto de 2023, donde se incluyen Argentina, Chile, Colombia, Perú, México y Brasil, de la sumatoria de los encuestados, una mayoría (56%) cree que el aborto debería ser legal. Más de una cuarta parte (27%) cree que esto debería ser así en todas las situaciones, mientras 1 de cada diez (11%) siente que debería ser ilegal en todos los casos.

El apoyo al aborto es mayor en las personas de más edad con el 62% los Baby Boomers –nacidos entre 1945 y 1964– en comparación con el 55% de la generación X –nacidos entre 1965 y 1981–, el 53% de los Millennials –nacidos entre 1982 y 1994– y el 55% de la generación Z –nacidos entre 1995 y 2000–.

Pero en América Latina, gracias a los grupos más conservadores de la Iglesia católica, el tema sigue siendo un hueso muy duro de roer para los sectores progresistas, interesados en reglamentar con toda rigurosidad esta delicada materia. Apenas en Argentina y Chile, estas dos sociedades que sostienen una larga data de lucha a favor del aborto, se logra el respaldo de la mayoría. Muy lejos y en sentido contrario los dos países de mayorías musulmanas, Indonesia y Malasia. España, se encuentra entre los países con mayor grado de aprobación, con casi el 70%.

Un avance parcial de progreso

No hay duda de que los avances científicos y tecnológicos en general, a decir de Marta Lamas, han allanado el camino para que las mujeres decidan sobre sus cuerpos y sus vidas; pero, a mi juicio, no con la orientación educativa y la direccionalidad pedagógica que la realidad demanda en materia de educación sexual y planificación familiar en el caso de América Latina. Su contribución mediante nuevas alternativas para concebir y las puras imágenes, más que ayudar confunden y extravían en dirección opuesta a los que deberían ser sus propósitos.

Ciertos juicios también han tenido un impacto simbólico en la transformación de los significados históricos de la vida y el aborto. En algunos de los debates públicos escenificados, un elemento que se ha introducido con fuerza es el de la calidad de vida que recibirá el neonato en el futuro y esto implica también a veces el derecho a no nacer.

Mi relato sobre el aborto comienza aquí. Después de mucha espera, acepté acompañar a once hermanos que nacieron sucesivamente con intervalos de dos años a partir de 1934. Dios había bendecido a la pareja en matrimonio y ellos asumieron como un dogma aquel, ahora decadente y cuestionado principio bíblico: Sean fecundos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo, y a todo ser viviente que se mueva sobre la tierra.

Sin asesoría alguna en asuntos de sexualidad, gestación, asistencia prenatal y demás orientaciones indispensables –en un país acosado por la tiranía, la miseria y las enfermedades–, madre pudo dar a luz, uno tras otro–hasta completar una docena, 8 hembras y 4 varones completamente saludables y longevos–, gracias al esmerado rol cumplido por ambos, de abnegados padres de familia. Era común en esa época ese modelo numeroso de familia cuando los padres lo asumían como un propósito cristiano conjunto y tenían fuerza económica suficiente para emprender tan temerario proyecto. Feliz me siento y orgulloso de pertenecer a esa afortunada y maravillosa comunidad; las críticas vendrán después.

Los países nórdicos a la vanguardia

En el caso de los países europeos nórdicos, duele siempre poner a los aventajados en el logro institucionalizado de condiciones modélicas frente a las desastrosas experiencias en esta........

© La Patilla


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