Justo Mendoza

Un análisis del comportamiento estratégico del gobierno del Sr Maduro acumula conclusiones que nos acercan a determinar que la táctica es su real estrategia; tacticismo estratégico asentado en el uso intenso de la pos verdad, de los recursos del poder y de las narrativas puntuales de las actorías del adversario. Los recursos tecnopolíticos van desde el distraccionismo hasta la amenaza creíble y represión directa, pasando por todos los procesos que contribuyan al desvió de la atención,la confusión, la disuación, el arrepentimiento, el falso oposicionismo y la sordina. Las campañas de difusión orquestadas desde los centros de poder contra los equipos de líderes y partidos son múltiples; campañas que corren por las redes sociales inoculadas por “influencers” del lado oscuro que buscan una conducta reactiva de líderes, partidos e individualidades que surgen para contradecir la narrativa oficialista; respuesta y reacciones que en la práctica “compran” el discurso y avivan su posición de reguladores de una sociedad inestable. Afortunadamente, la oposición política y gruesos sectores de la sociedad civil, escarmentados, han aprendido a no morder el anzuelo y en esta etapa de vigorización del concepto opositor, dejan pasar el torbellino táctico comunicacional que pierde efecto acelerador y liquida los efectos reales confrontativos.

Esta interesante estrategia, practicada por Golda Meyer, con motivo de la guerra del Yom Kipur, iniciada esta el 6 de octubre de 1973, de no hacer acciones preventivas (atacar primero) ante el seguro ataque de la alianza arabe, pues eso aislaría a Israel: en efecto Egipto atacó primero, e Israel tuvo todo el apoyo de EUA. En este orden, comprar la estrategia de Maduro -basada ahora en tacticismos ante y para con el enemigo externo y la eruptiva patriótica- y emprender reacciones intempestivas que alejan la operación de cambio político del foco proactivo, no reactivo, es un interviniente negativo que anima el ya señalado tacticismo del gobierno para crear y mostrar a María Corina – y al programa unitario- como el enemigo interno.

El costo de una posible contricción de Maduro (con reconocimiento de errores, promesa de no repetirlos, y rectificación-penitencia) es muy alto para el PSUV y para él; peor, en costo, es continuar estirando la liga, con procesos tácticos puntuales que lo conducen no solo a acreditar y victimizar a MCM -con la consecuencia de ruina electoral- si no también un dramático aislamiento internacional que ya se siente.

¿Puede Maduro subir al ring solo para pelear sin un contrincante surgido de la realidad ocurrida? Si como parece, la entrevista con el presidente de Guyana este 14D, Irfaan Ali, y las presiones de sus propios “aliados” ideológicos le va a esterilizar su empuje; no menos cierto es que la posición de MCM -serena y de ciudadana de Estado- le dio una manoletilla a la enbestida represiva, con visos de bravuconada, que ensayó el régimen, tipo salvavida.

La táctica del contrincante a la medida para polarizar a su favor, descalificar a la adversaria electoral, así como construir un estado de alarma por un enemigo externo técnicamente pareció buena, pero en la interacción -la realidad- no está funcionando. Si bien toda la nación piensa que el Esequibo es venezolano, una inmensa mayoría siente que el modo como Maduro encara la reivindicación nos divide, tiene un inconfesable objetivo de descalificar la oposición y busca blanquear la felonía continuada de Chávez iniciada en febrero del 2004. A contrapelo de lo buscado por la táctica aplicada, la desconfianza del pueblo elector creció en perjuicio del gobierno: un lastre.

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Justo Mendoza: El Esequibo ¿salvavidas o lastre?

9 0
14.12.2023
Justo Mendoza

Un análisis del comportamiento estratégico del gobierno del Sr Maduro acumula conclusiones que nos acercan a determinar que la táctica es su real estrategia; tacticismo estratégico asentado en el uso intenso de la pos verdad, de los recursos del poder y de las narrativas puntuales de las actorías del adversario. Los recursos tecnopolíticos van desde el distraccionismo hasta la amenaza creíble y represión directa, pasando por todos los procesos que contribuyan al desvió de la atención,la confusión, la disuación, el arrepentimiento, el falso oposicionismo y la sordina. Las campañas de difusión orquestadas desde los centros de poder contra los equipos de líderes y partidos son múltiples; campañas que corren por las redes sociales inoculadas por “influencers” del lado oscuro que buscan una conducta reactiva de líderes, partidos e individualidades que surgen para contradecir la narrativa........

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