Julio Castellanos: La Fachósfera

En días recientes un abogado constitucionalista peruano, Lucas Ghersi, expresó en un programa de televisión, en medio de un debate, una idea absurda: “mientras más avanzan los derechos humanos más retrocede la democracia”, para más señas, insistió en que cada vez que se declara un derecho, este pasa a ser exigible y, a su juicio, ya no forma parte de la deliberación en el parlamento. Ese discurso, lamentablemente, está teniendo cada vez más adeptos. También, sorprendentemente, dentro de Venezuela donde precisamente la población padece una violación masiva, sistemática y persistente tanto de los derechos civiles y políticos como de los derechos económicos, sociales y culturales.

Lo peor es que quienes así se expresan son refractarios a los datos, a las evidencias, a la contra argumentación y, en general, a cualquier intento de meditación profunda sobre la interdependencia entre derechos humanos y democracia. Para ellos, la pobreza es simplemente un asunto de “baja autoestima” y que “la gente es pobre porque quiere”, frente a las personas que sufren una detención arbitraria dicen el refrán “si el río suena es porque piedras........

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