En el derecho penal se usa el término “agravante” para describir que, habida cuenta de la comisión de un delito, las circunstancias o dolo implicado demuestra aspectos retorcidos del delincuente, por ejemplo, si al delito de la apropiación indebida de un bien se le suma la nocturnidad o la violencia desmedida pues hay un agravante que, lógicamente, conduce a penas más severas. Pues bien, creo que ese concepto jurídico puede ayudarnos a comprender el agravante del autoritarismo.
Los problemas que ya sufre una sociedad, como la pobreza, la desigualdad, la corrupción, el crimen, la exclusión de minorías y grupos vulnerables o los conflictos limítrofes siempre son empeorados con el autoritarismo. Eso lo hemos constatado y padecido los venezolanos desde 1999. No hay inocentes en ese drama, por un lado los electores cayeron en la trampa de un supuesto mesías vengador de todos los males, y por otro, las elites ensimismadas, con más títulos, dinero e influencia que pensamiento crítico, aplaudieron (y aplauden) a rabiar la llegada de la bota militar. Aunque debemos hacer una salvedad, ciertamente los sufrimientos son diferenciados,........