La esperanza es la chispa que nos impulsa a seguir adelante, incluso cuando las probabilidades no están a nuestro favor. Representa la fe en las posibilidades, en el potencial de lo que aún no ha sucedido, pero no garantiza su realización. Albergar esperanza es reconocer que, aunque el futuro es incierto, vale la pena esforzarse por lo que anhelamos, a sabiendas de que el resultado deseado es solo una de las muchas posibilidades.
En el contexto de Venezuela, la esperanza se convierte en un acto de resistencia, un desafío a la adversidad que inspira a continuar la marcha hacia la libertad. Hago esta acotación pues recibo críticas de mi posición realista y tajante respecto a la red criminal internacional que tiene a nuestra patria secuestrada y para destacar que tener esperanzas es validar igualmente un anhelo, en particular mi deseo de liberar a nuestra patria.
Adentrándonos en el tema de las inscripciones de candidatos, que estoy seguro de que será noticia y suspenso en las próximas semanas, tenemos como antecedentes que en horas de la mañana del pasado miércoles 20 de marzo, la misión para la determinación de los hechos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un pronunciamiento sobre Venezuela, en la cuál denunciaban que el gobierno de Maduro se encuentra en una fase de reactivación de la represión más violenta; pues en respuesta y “en coincidencia” con ese........