Enrique Prieto Silva: La fiesta no ha terminado
Lo dijimos: “No hay dudas, hay que atacar a la terca abstención; todo proceso electoral es a la política, como la batalla es a la guerra, se gana o se pierde, pero si no se vota o se pelea, siempre se pierde” Con este pensar se nos ocurrió este corolario: “¡La abstención no funcionará porque el juego del chavismo es salir de Maduro y ellos votarán, pero corremos el riesgo de que los votos ‘antimaduro’ no sean suficientes y gane Maduro…¡El error de los partidos opositores es una espada de Damocles que hay que revertir!”
Era evidente que el venezolano inteligente entendería lo que desde hace tiempo se viene pronosticando sobre el futuro democrático de Venezuela, a pesar del acendrado pesimismo que se apoderó del luchador incansable por reconquistar el poder político, tal vez en tiempo tardío, pero no impreciso, se escuchó con vehemencia la esperanza del anhelado cambio en todas las esferas antes perturbadas por el mediático pesimismo, ese pesimismo que se manifestó en la antipolítica de la abstención.
Después del 28 de julio renació la esperanza en Venezuela, y aunque tenemos una situación por dilucidar a consecuencia de una grave deficiencia en el CNE, quedaron atrás la cobardía, el miedo y la duda de que el pueblo quiere cambio. Indiscutiblemente, pareciera que esa fatídica división de escuálidos y enchufados quedo atrás; y como lo veníamos diciendo, “el voto era necesario para revertir el poder y volver a la verdadera democracia”; también para clarificar el desencanto de dinosaurios políticos forjados en el crisol de la estúpida forja del ignorante y absurdo militarismo, esa broza que sin........
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