El mundo entero y muy en particular América Latina se conmovió ante la sentida despedida que el pueblo y el gobierno chilenos le acordaran a Sebastian Pinera. Atónitos vimos a lideres políticos honrar la memoria de un rival, reconocer sus logros y proclamar sus virtudes. Aún más, vimos a un jefe de estado actuar como líder espiritual de un país que lloraba y admitir errores en su conducta política para luego afirmar que el único camino del progreso es el de la contienda civilizada y la gestión republicana que priorice al país sobre los intereses parciales. En síntesis, de Chile surgió una vez más una guía para la política democrática.
Para quienes conocen la historia de Chile este renacer democrático no es nuevo. Cuando Andres Bello se traslada a Chile descubre-según le confiara sus amistades y parentela venezolana-una nación pujante económicamente y poblada por ciudadanos que se distinguían por su sensatez y capacidad de concertar acciones. Y........