María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, hicieron lo que tenían que hacer. Eso ha quedado registrado en la reciente historia de estas más de dos décadas de lucha de resistencia cívica en Venezuela. María Corina se sobrepuso a las más viles maniobras del régimen de Maduro que la inhabilitó, con la idea aviesa de que ella “estallaría en ira”, y se dedicaría a promover la calculada abstención que Maduro esperaba, para entremeter en esa oquedad su esquema fraudulento, que se le quedó frustrado en la noche del 28 de julio.
Por su parte, Edmundo Gonzalez Urrutia, asumía el testigo que colocó en sus manos María Corina, providencial operación política de alto vuelo impulsada desde la plataforma unitaria, y desde entonces gallardamente Edmundo Gonzalez cumplió ese rol inesperado de ser el abanderado de una candidatura presidencial arrolladora. María Corina y Edmundo hicieron lo que tenían que hacer, encarando un reto colosal, dejando pasmado a todos los observadores internacionales que llegaron a pensar, que tal esquema indisoluble, no era sino una ilusión que se evaporizaría por efecto de las amenazas de ese régimen virulento, capaz de emprender las más insospechadas arbitrariedades.
Por su parte, la ciudadanía venezolana también se disponía a cumplir su epopeya. En un país en donde se levantan las familias sin nada que poner sobre la mesa........