Uno de los escenarios más usados es el de la simulación de diálogos para despistar, nunca para asumir los compromisos acordados, tal como ha ocurrido con el más reciente capítulo de estos tablados dialoguistas, como el de Barbados, en el que Maduro firmó convenios que ha quebrantado con el mayor descaro. La mendacidad es lo suyo, es como su receta favorita para sofocar las protestas que resumen el reclamo de elecciones libres. Maduro ha mentido con desparpajo, sobre ese y otros temas, de los que diserta como todo charlatán, tal como fue su retórica pontificando sobre el cambio climático, cuando bien se sabe que es él el responsable del ecocidio que tiene lugar en el Arco Minero venezolano.
De ese escenario a Maduro le salieron mal algunas cosas, porque sus aliados del foro de Sao Paulo, como los gobernantes de Brasil y de Colombia, así como Jefes de Estado de tendencia izquierdista, como Gabriel Boric de Chile, se han pronunciado exigiéndole que haga posible la realización de elecciones libres. Esas posiciones han ayudado a flexibilizar la acerada intransigencia del régimen madurista, basada en la representación de las inhabilitaciones, que no se atrevieron a extender hasta la figura de Edmundo Gonzalez Urrutia.
Otro escenario en el que incursionó Maduro fue en el que buscaba “reventar” las elecciones primarias. Para tales efectos Maduro puso en acción todo tipo de maniobras tumultuosas, alentando escaramuzas en el seno de la oposición, amenazando a los integrantes de La Comisión Nacional de Primarias, mostrándole “la cacha del revolver” a uno que otro aspirante a coronarse como candidato de la Unidad, en definitiva, la maquinaria autoritaria fue enfilada para tratar de evitar que esa consulta se llevara a cabo o, en todo caso, a debilitarla. Aquí también a Maduro “le salió el tiro por la culata”, ya........