Ángel Montiel: Un futuro comprometido para una generación entera 

La premisa es clara, en cualquier país del mundo, una reforma educativa ambiciosa y transformadora que aspire la equidad y la modernidad es un salto al vacío si se edifica sobre salones de clases en ruinas. Pero en Venezuela, la tragedia es más profunda.

Aquí, el problema no es que un nuevo plan de estudios se vea comprometido por la falta de laboratorios o computadoras, el problema es que el propio derecho fundamental a la educación se desintegra en una crisis triple: infraestructura colapsada, ausencia de los servicios básicos y la hemorragia imparable de personal docente calificado.

Mientras muchos dibujan un ideal curricular para el siglo XXI en una oficina en Caracas, la realidad en las regiones es que los niños y los adolescentes asisten a escuelas destartaladas, sin agua potable, con techos desplomados, debajo de árboles y, lo que es........

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