La música se inspira en su propia belleza, con esa timidez semejante a una lámpara antigua en un rincón, al exquisito fluir del tiempo en espirales de café o a las emociones alojándose, mansamente, en el alma.
En su fantasía espiritual atrapa sueños y conversa con nosotros, con esa vieja costumbre de subir silenciosa por los sentidos, con el rumor lejano de un remanso azul y un ramo de margaritas estampado en sus........