La vida te da muchas sorpresas. Menos mal, dice el amigo Javier, porque de lo contrario esto sería muy aburrido. Y estoy de acuerdo con él. Por eso, cada vez que tengo la ocasión, intento que las sorpresas me busquen a mí o, caso contrario, yo las busco a ellas. Es muy sencillo. Aquí va un ejemplo de esta semana: estás en Sevilla, te presentas en el hotel, te preguntan que de dónde eres, dices que de Zamora, te responden que no han estado nunca, les dices que eso no tiene perdón de Dios y que esa falta hay que resolverla cuanto antes, que unos les han dicho que es muy bonita y que otros han manifestado que no tiene nada de particular. Y entonces saltas tú como una centella para defender el territorio que habitas: "¿Pero quién será el osado que dice que Zamora........