Vivir, viviendo, vivienda

Lo peor que podían decir de ti antaño (y hogaño) era aquello de:

—Míralo, no tiene ni dónde caerse muerto.

El colmo de la pobreza. Ser tan desposeído que no tuvieras ni un lugar para derrumbarte. Hoy quizá haya que retocar el dicho:

—Míralos, no tienen ni dónde caerse vivos.

Porque eso es lo que les pasa a cada vez más personas y particularmente a los jóvenes, a quienes alcanza la edad de abandonar el nido y descubren que los nidos ya no se los hace uno en cualquier árbol o seto; hay comprarlos, en el libre mercado, y como son esenciales, imprescindibles y cada vez hay más “pájaros” los precios se vuelven inalcanzables.

El problema de la vivienda es........

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