Con el paso del tiempo, tenemos la perspectiva de que los momentos históricos en los cuales la degeneración de la convivencia ha desembocado en trágicos acontecimientos, convulsiones sociales graves o enfrentamientos civiles, son instantes concretos acotados en unas fechas del calendario. Nada más lejos de la realidad, sin embargo. Igual que las termitas no realizan su devoradora tarea de la noche a la mañana, los episodios de división, enfrentamiento y ruptura conllevan un tránsito temporal mucho más largo de lo que luego los libros de historia o la memoria de las gentes recuerdan.
El proceso suele ser, en su esqueleto, básicamente siempre el mismo. Comienza con una serie de acontecimientos dispersos, no necesariamente interrelacionados, aleatorios pero que entre sí van tejiendo una tela de araña invisible........