¿Spiderman en el belén? |
Hoy se celebra un trastorno del universo. Adorar a Dios significaba ayer elevar la vista a un cielo lejanísimo, completamente inescrutable. Desde el nacimiento de Cristo significa entrar en el establo y agachar la vista para mirar, entre penumbra, a la luz del mundo. Todo es contradictorio, y todo parece tener sentido: aquellas manos que dieron forma a los astros se transforman en las manecillas de un bebé que se amamanta de los pechos de su madre. El Dios omnipotente se hace infante desvalido, consumándose así el cataclismo que se conmemora esta noche.
Dios se ha hecho niño, y en Navidad todo nos recuerda a nuestra infancia.........