¿Es usted un esclavo? |
Se les saluda en un nuevo día que, aunque a alguna persona se le pueda antojar feo, quizá por lluvioso o por frío, no deja de ser un gran motivo de alegría. Al fin y al cabo, esto de estar vivo tiene fecha de caducidad, y el mero hecho de volver a encontrarnos por aquí, razonablemente bien y sin enormes daños aparentes, ya es en sí fantástico. Y es que vivir, queridos y queridas, es una actividad de riesgo. Tanto, que al final nunca es sostenible más allá de unas décadas. Les propongo, pues, que celebremos este 3 de diciembre como lo que es, desde la sencillez y el sosiego: una nueva jornada para celebrar esto de estar muy vivos, cada cual a su manera y sin que hagan falta siquiera palabras...
Hoy empiezo fuerte, con una pregunta que les dirijo directamente y a bocajarro. Algo así como un verdadero puñetazo amable pero firme al plexo solar, que busca romper con la apatía y con algunas equidistancias que, a la postre, a veces esconden algo de indiferencia. Lo que les preguntaré es si se sienten ustedes esclavos. Y no me refiero a tal término en un sentido figurado, sino en su más estricta literalidad.
Me alegraré si me dicen que no. Pero más de uno........