Notre Dame reabre con toda su grandiosidad, símbolo de la resurrección de una manera de ser, siempre adelante, siempre mejor, sin dejar atrás valores a preservar. Notre Dame nos une desde la diferencia: cada uno de nosotros tiene una huella emocional atada a ese icono. La mía irradia asombro ante algo bello y dramático, y está ligada a viñetas que se desvanecen al instante cuando intento recordarlas, las del cómic que me apasionó cuando era niña sobre la historia de Nuestra Señora de París, de Victor Hugo. Estaban Esmeralda, Quasimodo, trazos delicados y........