«Yo no voy a leer eso. Y menos en estas fechas». Mi amigo no me dejó ninguna opción. Es un poeta al que escucho siempre con devoción, pero tiene una pega: también es hipocondríaco y supersticioso hasta decir basta. Hay que quererle como es, ya lo sé, pero me frustró no poderle convencer de que lea No hay palabras, el monumento a la vida que ha escrito el filósofo y teólogo Francesc Torralba, tras la muerte de su hijo, Oriol, en un accidente de montaña. Si nos pusiéramos a hacer lista de las desgracias que nunca querríamos sufrir, no hay duda........