La odisea de la sidra a 10.000 kilómetros de Asturias: en Uruguay hacen la suya “como antaño”, mayando a mano y en un lagar artesanal fabricado en un sótano |
Alejandro Díaz y su hijo Federico, mayando en el Centro Asturiano de Montevideo. / L. M. B.
Marcos Palicio
Vicente García se hizo un lagar en Montevideo. Era de Salas, tenía un taller de coches y combatía la nostalgia del emigrante haciendo sidra casera a 10.000 kilómetros de casa. Cuando se iba a jubilar, decidió donar al Centro Asturiano de la capital uruguaya los utensilios básicos de la elaboración de la sidra, el lagar que como un pequeño “tesoro” había fabricado artesanalmente en el sótano de su casa, la sabiduría de su experiencia y tres grandes toneles de roble de 250 litros. Era 2010 y la colectividad asturiana en Montevideo se aprestaba a celebrar su primer centenario. Nada mejor, decidieron, que dar uso a los regalos y celebrar la efemérides mayando, trasegando, embotellando y corchando unos cuantos litros de sidra uruguaya. Se pusieron a la tarea con tanto entusiasmo que consiguieron llenar los tres toneles, 750 litros que les dieron para festejar unos cuantos cumpleaños más.
El éxito les impulsó a repetir la experiencia cuando se agotó al fin la primera cosecha y desde entonces son el único centro asturiano, que ellos sepan, que hace, escancia y bebe su propia bebida de manzanas fermentadas. De manzanas uruguayas, claro, compradas a “unos productores locales que ya nos las reservan todos los años”, cuenta Luis Manuel Bousoño, hijo de una emigrante de Arenas de Cabrales,........