El Pacto Histórico pedirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos medidas cautelares porque consideran que la procuradora Margarita Cabello está a la ofensiva para destituir a congresistas de esa unión política, desconociendo fallos del mismo sistema interamericano.

Pero no sólo es la procuradora general, también el fiscal general, empresarios, terratenientes, militares, políticos, medios nacionales y regionales de comunicación han enfilado baterías contra el Gobierno para desacreditarlo, desestabilizarlo y tumbarlo. Está toda la derecha unida, con todas las formas de lucha, para evitar que las reformas que buscan un país equilibrado, justo, libre, garantista de los derechos fundamentales, se lleven a cabo. Es una derecha arrogante, mezquina, clasista, promotora y violadora de la Constitución y de su núcleo central: los derechos humanos y fundamentales de los ciudadanos. Es una derecha sumamente peligrosa, lo sigue demostrando, que busca defender y mantener sus intereses de clase cueste lo que cueste. Claro, en este país desmemoriado la gente olvida cómo ha gobernado esa derecha: con chuzadas y persecución política contra la oposición; con desplazamiento y “falsos positivos”; en alianza con paramilitares y otras fuerzas ilegales; con desmejoramiento de los derechos laborales y fundamentales de la clase trabajadora; con reformas que protejan sus intereses económicos, sin importar si se desmejora la calidad de vida de “la otra clase”; haciendo fracasar cualquier proceso de paz, porque la guerra la convirtieron también en negocio. Vendiendo siempre la idea que son “la gente de bien” a quienes hay que garantizarle su “estilo de vida” en el cual la corrupción juega un papel fundamental.

Los demás no importan. Siguen dolidos porque perdieron el poder central y quieren recuperarlo con todas las formas de lucha: permiten que sigan las masacres y asesinatos de líderes sociales; permiten que las disidencias de las Farc se fortalezca y cope más territorio, llegando incluso a ciudades capitales; promueven, mediante los medios de comunicación que controlan, el pesimismo, la desesperanza y el odio contra el Gobierno, manipulando las noticias y el pensamiento de la gente.

No se había visto en la historia de este país, a toda “la gran prensa” unida contra un Gobierno: no reconocen nada bueno al Gobierno; ni el mejoramiento económico y que el desempleo baje; ni el mejoramiento salarial de la gente y de la misma fuerza pública; ni que haya empresas dispuestas a generar más inversión y generando empleo… Lo que hacen es publicar negativismo, manipular, desinformar y permitir que cualquiera utilice esos medios para humillar y tratar al Presidente hasta de delincuente. A esa derecha es la que está enfrentada el Gobierno de la gente.