La mala memoria

La intervención de Javier Milei en su primera visita a Madrid como presidente de Argentina es sólo una muestra más de lo envalentonado que se encuentra el neofascismo mundial, enseñando su verdadera cara de fanatismo, totalitarismo y falta de respeto por todo aquello que no coincida con sus postulados.

En lo que respecta a nuestro país, pareciera que ese acoso del fascismo (político, judicial, mediático y sociológico) a rivales políticos es una situación nueva, algo que nunca habíamos visto. Parece que muchos se caen ahora del guindo, creyendo haber descubierto que la caverna reaccionaria, la derecha extrema y la extrema derecha sólo son demócratas cuando ganan ellos las elecciones.

Así pues, dos consideraciones para demostrar que darse cuenta de esto ahora, sólo pone de manifiesto que la mala memoria, la incapacidad para reconocer la situación y/o un miedo atroz a enfrentarse a ella, son las pautas que marcan las actuaciones.

La primera consideración es que, de siempre, es bien sabido que nuestra derecha nunca tuvo ningún escrúpulo en utilizar cualquier método que sirviera para resguardar, afianzar o implementar sus idearios (lo acontecido durante la Segunda República es de manual). Siempre fueron gente autoritaria, deseosa de sumisión, corta de miras, amantes de su ignorancia y de mantener en esa ignorancia al pueblo. Por supuesto, son monárquicos por la gracia de dios y buscadores de su propio beneficio por cualquier vía, ya sea negocio, especulación o soborno (lo retrata muy bien Luis García Berlanga en su trilogía cinematográfica de La escopeta nacional, Patrimonio nacional y Nacional III).

Nuestra derecha, en su prepotencia, nunca contó con el pueblo,........

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