La bota que nos presiona

Si no pasa nada, tendremos que hacer algo para remediarlo: inventar la realidad”.

Reconozco que en estos tiempos, escribir sobre migración implica asumir el “riesgo” de recibir afiladas críticas y descalificaciones, no ya del hipócrita y deshumanizado entorno político, sino de una gran parte de la población, que ante la impotencia de enfrentarse a quienes de verdad nos están fastidiando la vida, se revuelven contra la parte más débil, el migrante.

Pero hay que asumir ese riesgo porque, de lo contrario, si empezamos a buscar excusas para no hablar, no investigar, no opinar, no escribir, estamos cediendo a las pretensiones de quienes, desde variadas tribunas, nos quieren hacer creer que lo más cómodo, lo mejor para una vida tranquila, es no actuar, pasar desapercibido, que no se note nuestra presencia; es mirar pero no ver, oír pero no escuchar, en definitiva, “no meterse en política” como durante lustros nos hizo creer la dictadura franquista.

De nada sirve aportar datos de personas solventes, como el director general de Economía del Banco de España, asegurando que en los próximos 30 años harán falta 24 millones de trabajadores migrantes para mantener la relación entre trabajadores y pensionistas y, así, poder sostener el actual sistema de pensiones.

De nada sirve constatar que el Régimen de Libre Circulación de la Unión Europea supone el 60% de los casos, mientras que sólo el 40% restantes se rige por el Régimen General de Extranjería.

De nada sirve explicar que migración y delincuencia no guardan ninguna relación, como lo demostró el Instituto Nacional de Estadística, que a la par que detectaba un incremento exponencial de la población inmigrante, llegando a representar un 10% del total de la población, constató una ligera disminución de la delincuencia.

Frente a quienes dicen que a los inmigrantes se les regala todo, de nada sirve comprobar que de los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital, sólo el 17% son inmigrantes, que, además de cumplir las condiciones exigidas, han de tener residencia legal con al menos un año anterior a la solicitud.

No tanto del empresariado, que sabe de la exactitud de esos datos y reconoce la necesidad de mano de obra, pero sí desde la política, mayormente de derechas o fascista, no paran de generar una cantidad ingente de noticias falsas,........

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