Tengo el convencimiento de que, además de que hay mucha hipocresía y racismo, existe un importante desenfoque, opino que deliberado, en el tema de los movimientos migratorios.
Buena parte del debate y de las políticas implementadas se centran en cómo gestionar esos flujos y en su impacto en los territorios o países de destino. Por supuesto, esta reflexión es muy necesaria, sobre todo porque se ha convertido en un lugar común afirmar que representan un lastre para nuestras economías y una amenaza para la convivencia, y que por todo ello hay que restringir o incluso prohibir su entrada (no estoy hablando, claro, del personal especializado, universitarios, directivos y ejecutivos de empresas… para los cuales, por lo general, todas las puertas están abiertas). El reciente Pacto Europeo de Migración y Asilo aprobado por la Comisión Europea materializa, para vergüenza de las instituciones comunitarias, este diagnóstico.
Lo cierto es que quien pone en el tablero el asunto de las migraciones desde esta perspectiva es sobre todo la extrema derecha. Y lo pone como uno de los grandes problemas que es necesario enfrentar. La delincuencia y la inseguridad, los bajos salarios y el desempleo, el derroche de fondos públicos… La culpabilidad de esta situación recaería sobre la inmigración, que catalogan como invasión.
No hay datos que respalden estas afirmaciones, pero ¡qué más da! Por simplista y manipulador que pueda parecer........