De las calles a las urnas, con las manos vacías |
El año 2019 fue testigo de grandes y prolongadas movilizaciones de los pueblos de Chile, Colombia y Ecuador, que podrían haber cambiado el rumbo neoliberal de la gestión política. Pasados apenas seis años, comprobamos que nada de eso sucedió y que, por el contrario, los movimientos de los pueblos se han debilitado al punto que ya no representan desafíos a las clases dominantes.
En Chile fueron millones de personas las que salieron a las calles demandando la renuncia del presidente Sebastián Piñera, en cantidades nunca antes vistas en el país. Aunque fueron los estudiantes los que desencadenaron la protesta, se instaló con mucha intensidad en todos los sectores de la sociedad, manifestando un claro rechazo a un modelo que empobrece, genera desigualdad y daña la naturaleza.
En plena protesta se formaron más de 200 asambleas territoriales sólo en Santiago, coordinadas en dos grandes bloques. Las asambleas crearon espacios de salud y educación, además de haber encarado compras colectivas, huertas urbanas y el intercambio con productores rurales saltando coyotes. La bandera mapuche fue la referencia principal por encima de la chilena, algunos sectores de la ciudad fueron tomados por la multitud y decenas de estatuas de conquistadores........