Astillero |
Fue, en lo esencial, una derrota de la izquierda. Un cobro, en las urnas, de las deudas y las insuficiencias de un gobierno promisorio pero finalmente ineficaz.
Es, desde luego, un triunfo de la ultraderecha. La reivindicación del pinochetismo, el fortalecimiento de las opciones conservadoras en Latinoamérica, a gusto del diseñador Donald Trump, y el abatimiento de los sueños de cambio por la izquierda que fueron derivados del llamado “estallido social”, del intento de echar abajo la Constitución legada por el militar golpista.
José Antonio Kast ha ganado la presidencia de Chile con 17 puntos porcentuales de distancia respecto a Jeannete Jara, surgida del Partido Comunista de ese país y ex ministra del Trabajo con el ahora saliente Gabriel Boric. Segunda vuelta, la primera ganada por Jara, pero la segunda perfilando desde luego a Kast en cuanto las candidaturas de derecha de la ronda inicial se nuclearon alrededor del ultraderechista que en 2017, en otra campaña electoral, aseguró que, si Pinochet viviera, habría votado por él: “habríamos tomado té juntos”.
La nostalgia identitaria........