En un pasaje de la novela In Dependence, de Sarah Ladipo Manyika, se da la siguiente situación: un grupo de jóvenes se cita en la Asociación de Estudiantes de África Occidental, ubicada en el sótano de un campus de Oxford. Entre ellos hay ingleses, nigerianos, caribeños, ghaneses. Son los años 60 y los acalorados debates sobre la independencia están en el aire. El motivo del encuentro es el visionado de un documental sobre Nigeria, un filme que arrancaba con una breve historia del dominio colonial y esbozaba --mostrando imágenes de artesanos y campesinos, de la presa de Kainji y del nuevo Puente Níger que conectaría la ciudad comercial de Onitsha con los puertos-- cierto retrato de la independencia del país. Al terminar, estalló la colisión de posturas.
De un lado estaban los defensores, acomodados en su querencia hacia las formas del poder colonial. Del otro, los que percibían en la película la perpetuidad de un robo. Ike, el personaje más crítico, plantea: «¿Dónde están los nigerianos? No me refiero a mostrar fotografías de nigerianos como si fuera un estudio antropológico de los africanos en su hábitat natural. Lo que digo es: ¿por qué estas películas no están dirigidas por nigerianos? O, al menos, ¿por qué no las estamos narrando nosotros?». Ike cuestiona que el punto de partida sea siempre el periodo colonial y no el siglo X, «con los reinos de Benin y Hausa. O, si a fuerza hay que empezar con los blancos», prosigue, «¿por qué no arrancar con la trata de esclavos?». Más adelante, apunta: «si el colonialismo ya concluyó, ¿por qué los británicos siguen hablando por nosotros como si fuéramos niños?».
El espíritu de la novela, heredero de la tradición antirracista y anticolonialista, cuestiona el alcance real de la independencia de los países colonizados. Habla de la migración de jóvenes africanos hacia una Europa decidida a educarlos como casta (o al menos eso parece), del agravio comparativo con otros migrantes menos privilegiados y de las relaciones que entablan con hombres y mujeres ingleses, algunos repelentes excolonos y otras enamoradas de África, de su exuberancia y de su prometedor porvenir político y cultural.
Entre el marco temporal en que se desarrolla la trama y nuestro presente han transcurrido más de seis décadas. Pero ya desde su título late la pregunta de hasta qué punto los procesos poscoloniales terminaron por convertirse en realidad o fueron cooptados por los mismos intereses coloniales, disfrazados o no de otra cosa. Publicada en 2008, In Dependence sigue operando como una provocación hacia las diversas formas en que la colonialidad se hace........