“Ahora nadie podrá negar que hubo un plan de golpe de Estado para no dejarnos asumir la presidencia de la nación”, dijo el presidente brasileño Lula da Silva, el jueves 28 de noviembre en Brasilia, justamente a pocos metros de donde, el 8 de enero de 2023, una turba bolsonarista había invadido el Congreso e intentado tomar el Palacio del Planalto (sede presidencial) para derrocar su Gobierno.
Aquella revuelta –conocida como el Asalto a la Plaza de los Tres Poderes– había sido la última acción desesperada del plan al que se refería Lula en su discurso. La conspiración, pergeñada varios meses antes por un sector de altos mandos de las Fuerzas Armadas, iba mucho más allá de un golpe de Estado. El objetivo era que el entonces presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, se mantuviera en el poder y para eso se planificaron los asesinatos de Lula, de su vicepresidente, Geraldo Alckmin, y del juez de la Corte Suprema de Justicia, Alexandre de Moraes.
Los detalles de la confabulación cívico-militar se encuentran en un informe de 800 páginas realizado por la Policía Federal luego de dos años de rastrear mensajes en celulares y computadoras; de allanamientos, de interrogatorios y de seguimiento de pistas que indefectiblemente terminaban en oficinas o cuarteles y que señalaban a Bolsonaro como el jefe de la banda.
“Las pruebas obtenidas a lo largo de la investigación demuestran de manera inequívoca que el entonces presidente, Jair Messias Bolsonaro, planificó, actuó y tuvo control directo y efectivo sobre los actos de ejecución llevados a cabo por la organización criminal que pretendía lograr un golpe de Estado (…), hecho que no se consumó por circunstancias ajenas a su voluntad”, dice el informe.
Bolsonaro es el primer militar en la historia de Brasil en ser investigado por la Justicia por querer dar un golpe de Estado.
Aunque aún no se conoce hasta dónde pueden llegar las conexiones profundas del intento golpista y magnicida, la hipótesis más firme indica que esa “circunstancia ajena por la que no se consumó”, en realidad, se debe a una confrontación interna de las FF.AA. Los crímenes no se........