De traidores y botones

Lucía Topolansky –siguiendo los pasos de su compañero, Pepe Mujica– cruzó el Rubicón de los DDHH al atentar contra la confiabilidad en la Justicia y poner en entredicho la honestidad de las denuncias de las víctimas del terrorismo de Estado. El Centro Militar, agradecido.

En lo que parece ser un operativo diseñado con el objetivo de presionar por la excarcelación de los «viejitos» terroristas de Estado recluidos en el presidio VIP de Domingo Arena, Topolansky, exguerrillera, exdiputada, exsenadora y exvicepresidenta de la república, acusó a testigos en causas penales de haber mentido ante jueces y fiscales para concretar procesamientos de militares acusados de delitos de lesa humanidad.

Por su generalización y su carácter innominado, la temeraria afirmación de Topolansky –que tiene como referencia la reciente visita del aún senador Guido Manini Ríos a la chacra de Rincón del Cerro, una versión reducida de El Cordobés, donde viven José Pepe Mujica y su esposa– extiende un manto de sospecha sobre los testimonios de cientos de exprisioneras/os de la dictadura, quizás miles, que se convierten ahora en posibles mentirosos, mientras que los represores procesados y condenados a su vez se convierten en víctimas del rencor y la venganza.

En declaraciones para el libro Los indomables, del periodista Pablo Cohen, Topolansky afirmó que sabe de militantes de izquierda que mintieron en sus declaraciones y de otros que se negaron a hacerlo cuando lo propusieron representantes de diferentes organizaciones. No quiso identificar a los «mentirosos» ni a los que supuestamente promovían la mentira. «No lo vamos a decir porque no somos traidores ni botones», dijo en el uso de un plural que aparentemente incluye a Pepe Mujica.

La reproducción de ese pasaje en........

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