Mamá de F. Morroni: “no le voy echar la culpa a los vascos, esos que reprimieron son de acá, fueron los uruguayos que reprimieron de la peor manera, matando a jóvenes como a mi hijo, desapareciendo a otros, con todas las armas habidas y por haber pero en las manos de ellos”
Lacalle, fascista, vos sos el terrorista!
Nos encontramos en el 30 Aniversario de la Masacre y asesinato de Roberto Facal y Fernando Morroni, corría el año 1994, a casi dos décadas de la España pos-dictadura en era del legado franquista que aún perdura. En ella gobernó un pedante despótico que jura el cargo a los herederos de la dictadura (1982-1996), hablamos de Felipe González al que dieron luz verde desde la casta más reaccionaria del régimen. Se trata de un joven estudiante que llegó a abogado al compás de la algarabía envalentonada en vivas reaccionarias callejeando mano alzada, un militante falangista enarbolando bandera e insignia, yugo y flechas, un provocador avispado y ambicioso, cronometrado en precisión comprobada y certificada en la base principal de estudios para la alienación social en control de Norteamérica –regentada por mafias de la socialdemocracia alemana y empresarios patrocinadores– un embrión de laboratorio al servicio del imperio que, junto con Alfonso Guerra entre otros intrusos, dieron el golpe irrumpiendo en el seno de la izquierda en llave de un desgastado y desorientado PSOE (en Congreso) asentado en el exilio. El “engaña inocentes” llegó a presidente con el apoyo y visto bueno del yanqui, dio paso a la OTAN, y demolió la gran industria, que representó el motor principal económico como protagónico en lucha de clases. Con la desindustrialización, desmanteló a la izquierda revolucionaria, vanguardia durante décadas promoviendo combates históricos. Con la indiscutible colaboración de la CIA, CNI etc. crea uno de los grupos terroristas más definidos y siniestros, al encarcelamiento, tortura, secuestro y asesinato del sector más lúcido del independentismo vasco (GAL), que además de del Batallón Vasco Español entre otros organismos oficiales y grupos de “incontrolados”: Fuerza Nueva, Guerrilleros de Cristo Rey, Tripe A, etc.
paralelos a la policía y ejército se encargarían por igual del resto del E. español también de los parlamentarios vascos en el atentado criminal donde muere el diputado de Herri Batasuna Josu Muguruza.
Años de retroceso, de terror en las calles, de mazmorras masificadas de tortura y gritos de llanto, de franquistas de toda la vida y partidos de la izquierda (de esa misma) toda la vida –con las mismas siglas PSOE copando el control absoluto– aliados al revisionismo carrillista carcomas de la misma balanza anulando principios de uno y otro lado al combate de boxeo electoral pujando por partidos de masa amorfa –donde combatieron al fascismo de un lado Negrín, Álvarez del Vayo… y de otro José Díaz, Julián Grimau o el gipuzkoano Larrañaga ‘Goierri’ –evoco al PCE– y también al no menos oscuro juez a favor (de sus propios intereses) en la Audiencia Nacional, con obsesión de “transición” del perseguir, detener, torturar, encarcelar y desaparecer donde no se encontraba ni él ni ningún “incontrolado” ni los inmunes torturadores y criminales de la dictadura ni los del franquismo sin Franco. Ese era Baltasar Garzón, siguiendo las tesis de Aznar el que presionara a EEUU para que no se retrasara el genocidio contra Iraq, impune del crimen cometido junto con Bush y Blair, trilogía pelele del yanqui, rastrera y falsa, carroña de la peor calaña. He ahí otro de los presidentes de la ‘transición’ más fascista de la historia junto con su caudillo, su falange, su Blas Piñar, Alianza Popular y su PP, su Felipe González, su OTAN, y un Juez que se creyó Dios, convertido en ley del verdugo mismo que mandó cerrar el diario EGIN. De otra parte del mundo, en Indoamérica, nos encontramos que en Uruguay gobernaba el repulsivo Luis Alberto Lacalle, otro abogado como Felipe González, presidente de la República entre el 1 de marzo de 1990 y 1 de marzo de 1995; fue también representante........