Resulta muy preocupante el consenso hacia la política liberalizadora del régimen de Milei, especialmente ante el deterioro de las condiciones de vida que suponen la perdida de la capacidad de compra de los ingresos populares, sean salarios, jubilaciones o planes sociales.
Eso explica la caída del consumo y por ende de la producción, confirmando tendencias económicas a la recesión y depresión.
Claro que el consumo suntuario se mantiene y existen expectativas de crecimiento de la producción exportable, por lo que se buscan inversores internacionales para el sector primario exportador, sea del complejo agrario, minero, energético, e incluso en ciertos sectores industriales.
De ese conjunto de problemas con tendencias contradictorias, de crecimiento y decrecimiento, se nutre el mensaje optimista del gobierno relativo a una perspectiva de mejora macroeconómica, relativa a inversiones y a evolución expansiva de la actividad económica.
Con ello disputa consenso y lo hace sobre la base del fracaso de políticas asumidas previamente y que no generaron "soluciones" de empleo y de ingreso para el conjunto de la sociedad.
¿Induce ese crecimiento macroeconómico una mejora en la calidad de vida de la población, especialmente de los empobrecidos?
Evidentemente no. La economía podrá crecer, si es que llegan esas inversiones externas en sectores estratégicos y por eso tanta presión de Milei y su gabinete para que haya R.I.G.I. (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) y ley Bases.
Son instrumentos jurídicos imprescindibles para asegurar a esos inversores........