―We have an explosion aboard… ―informó el capitán―. We have fire on board! We have a total emergency! [Tenemos una explosión a bordo... Tenemos fuego a bordo! Estamos en emergencia total!]
Pérez Pérez logró controlar la nave que comenzaba a perder presión. Con un solo motor, logró dirigirla de vuelta al aeropuerto de Barbados, mientras la cabina se llenaba de humo. Los pasajeros, en pánico, no lo supieron, pero el capitán Pérez estuvo a minutos de resolver el problema.
Una segunda bomba, la que había colocado Lozano en uno de los baños, explotó arrancándole la cola al avión. La nave apuntó hacia el cielo y ascendió de forma vertical. La torre de control le gritó al piloto que eso era una mala idea, sin saber que el piloto ya había perdido el control. Algunos pasajeros cayeron al mar. Luego la nave se precipitó como una flecha sobre el mar con el resto de los pasajeros.
En Cuba, el padre de una de las atletas, apenas supo de la noticia se fue a la montaña y allí pasó toda la noche. Otro permaneció en el aeropuerto de La Habana por una semana, convencido de que en cualquiera de los vuelos iba a aparecer su hijo. La prometida de uno de los campeones subió a su cuarto y no volvió a bajar por diez años. Otro campesino rechazó la compensación económica ganada por un abogado a la empresa aseguradora de Canadá. En Guyana, atormentado por la pérdida de su hijo y el sentimiento de culpa, el padre de Raymond se recluyó en su biblioteca y no salió por una semana.
Minutos después de las explosiones, Freddy Lugo llamó a Orlando Bosch para reportar sobe el éxito de la operación:
―Se cayó la buseta por el precipicio con todos los perros adentro ―dijo.
Minutos después tomaron un taxi. Los hombres tenían acento venezolano, recordó el taxista que pudo ver sus rostros en el espejo retrovisor. Hablaban de algo importante y se reían con ganas.[1]
La policía de Trinidad arrestó a Herman Ricardo y Freddy Lugo. Ricardo, empleado de la agencia de seguridad de Posada en Venezuela, admitió que él y Lugo habían colocado las dos bombas en el avión. También reconoció que Luis Posada y Orlando Bosch habían planeado el atentado.
El 15 de octubre, luego de siete días de duelo nacional, un millón de personas llenaron la Plaza de la Revolución. En su discurso, Fidel Castro recordó que desde........