El viernes se celebraron 11 funerales en el campo de refugiados de Yenín. Ocho de las personas fallecidas eran residentes del campo asesinadas por el ejército israelí; tres murieron por causas naturales. Ninguno de ellas pudo ser enterrado durante los 10 días anteriores, debido a la brutal operación de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, siglas en inglés) en el campo. Los cadáveres de otras cinco personas fueron incautados por el Ejército, para sus fines.
El viernes por la mañana, las IDF abandonaron el campamento, tras completar la misión a la que se dio el sádico nombre de Operación Campamento de Verano, y las y los residentes comenzaron a regresar a lo que quedaba de sus hogares tras la acampada del Ejército. Estaban conmocionados.
Un hombre dijo el sábado que lo que vieron era incluso peor que las escenas de destrucción tras la Operación Escudo Defensivo de 2002 y que el comportamiento de los soldados durante esos 10 terribles días fue más violento y despiadado que nunca. El espíritu de la guerra de Gaza se ha convertido en el zeitgeist del Ejército del régimen israelí.
Mi interlocutor, Jamal Zubeidi -que ya había perdido a nueve miembros de su familia en la lucha palestina, entre ellos dos de........