Con la cita, "Los pueblos no mueren de hambre, sino de humillación", termina la película 'Et après…' ('Y después…', en español) del cineasta marroquí Mohamed Ismail, donde aborda la problemática de los movimientos migratorios desde el continente africano hacia Europa.
En efecto, todas las movilizaciones masivas de población a lo largo de la historia entroncan de forma directa con situaciones previas de carácter político-económico que explican el desarrollo de estos acontecimientos. Con frecuencia, obviar el hilo histórico de los hechos facilita que, como dice el refrán, cuando un dedo apunte al cielo, nos quedemos embobados mirando solo al dedo.
En estos últimos días se ha puesto el foco en la situación humanitaria que vive Gaza tras cinco meses de la guerra de exterminio que el régimen de Israel está perpetrando sobre este enclave. Sin embargo, la situación crítica humanitaria, al igual que el conflicto en sí, no se inició a partir del 7 de octubre de 2023.
En 2012, Naciones Unidas presentó un informe titulado 'Gaza en 2020: ¿un lugar habitable?', en el que advertía que o se producía un cambio en la situación o el enclave entraría en colapso. ¿Cuál era esta situación?
En primer lugar, debemos aclarar que Gaza es una histórica ciudad portuaria del Mediterráneo que se desarrolló de manera próspera y abierta, como suelen ser las ciudades portuarias, acostumbradas al trasiego de múltiples comercios durante siglos y que, además, se consideraba a principios del siglo XX un ejemplo de convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos en Palestina.
La creación de la llamada "Franja" es una consecuencia directa del proceso de colonización supremacista israelí, tras forzar a miles de palestinos a huir de sus casas y que, con el cierre de la frontera egipcia, Gaza acabará por convertirse en un refugio que triplicaba su población original, y pasaba a ser identificado como una franja,........