"Hace mucho tiempo había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia", así empieza el famosísimo cuento infantil El traje nuevo del emperador, de Hans Christian Andersen. Desde el fin de la Guerra Fría, la Conferencia de Seguridad de Múnich se convirtió en la gala de los Oscar de la "seguridad mundial", la gran alfombra roja del mundo unipolar. Por allí, pasaron múltiples celebridades, que ayudaban a proyectar la imagen de éxito del "fin de la historia".
Este foro nació en 1963 con el nombre en alemán Internationale Wehrkunde-Begegnung, traducido como "Encuentro internacional de Ciencias Militares", y se integró dentro de las actividades de la República Federal de Alemania en contacto con sus aliados de EEUU y otros países miembros de la OTAN durante la Guerra Fría.
Wolfgang Ischinger, presidente de la Conferencia desde 2008 hasta 2022, publicó en 2014 un texto titulado "Hacia la seguridad mutua: De la Wehrkunde a la Conferencia de seguridad de Múnich", en el que abordaba las transformaciones que este espacio había experimentado acompañando los cambios geopolíticos globales.
En ese sentido, señalaba que al principio los encuentros eran más opacos y que con el tiempo se habían convertido en eventos públicos, donde los líderes cuidaban más sus palabras a la hora de expresarse y los invitados eran más amplios y variados. Lo cierto es que tanto líderes como invitados solo tienen una norma: ante el foco nadie debe señalar que el rey está desnudo o quedarán fuera de lugar. El espectáculo debe continuar.
Con los años, podemos advertir que lo que fue una herramienta al servicio del bloque capitalista durante la Guerra Fría, pasó a........