En los últimos años, EEUU y los países europeos aliados han desarrollado un relato que han tratado de imponer al mundo, según el cual, sus "enemigos" deben ser enemigos compartidos por todos.
La principal preocupación de EEUU, que además, explica sus políticas --incluida la guerra de la OTAN en Ucrania en su afán por cercar a Rusia-- es la pérdida de su capacidad de poder hegemónico, por la expansión económica de China y otras potencias emergentes. Esto, a su vez, conlleva el desarrollo de un modelo de multilateralismo económico que se vincula en su variante política como una democratización de las relaciones internacionales y diplomáticas, favoreciendo la pérdida de la capacidad de influencia de su actual hegemonía en solitario.
Sin embargo, este nuevo escenario es una buena noticia para los países de la periferia, ya que supone la posibilidad de diversificar sus socios comerciales, y en ese sentido, de mejorar las condiciones de negociación de sus contratos. Rusia, China, pero también Irán, Turquía o India, son algunas de las potencias emergentes que han facilitado con su ascenso económico esta nueva coyuntura.
Este movimiento multilateral en construcción se ha ido materializando en distintas partes del mundo, y la posibilidad de la diversificación de los socios comerciales se ha convertido también en una herramienta para el desarrollo económico de los pueblos y, sobre todo, en un cimiento hacia la construcción de una auténtica soberanía política, como queda reflejado, por ejemplo, en los casos del Sahel.
En ese sentido, podemos advertir que lo que supone una contrariedad para la unipolaridad estadounidense, supone, a su vez, una liberación para gran parte del mundo, que........