El pasado 28 de julio tuvieron lugar las elecciones presidenciales en la República Bolivariana de Venezuela. El domingo en la noche, el Consejo Nacional Electoral (CNE), única autoridad competente, ofrecía una rueda de prensa donde confirmaba que con más de 80 % de los votos escrutados, la tendencia irreversible daba la victoria al candidato Nicolás Maduro Moros.
Este año han coincidido eventos electorales en varias partes del mundo, como en El Salvador, Finlandia, Rusia, Eslovaquia, Senegal, México y la República Islámica de Irán. A su vez, también se produjeron comicios al parlamento europeo, y, en consecuencia, el adelanto de las Legislativas en la República Francesa. Reino Unido también fue a las urnas durante el mes de julio.
Aunque todos estos procesos tuvieron presencia en los medios y fueron comentados por los principales líderes políticos, lo cierto es que, en ningún caso, obtuvieron la atención que han tenido los comicios en Venezuela, tanto durante la jornada electoral, como en los días previos y posteriores a la votación. En ese sentido, podemos advertir una anomalía sobre la que deberíamos preguntarnos a qué responde.
El 20 de octubre de 2019 tuvieron lugar las elecciones en el Estado Plurinacional de Bolivia. El resultado oficial daba una holgada victoria al entonces presidente Evo Morales, frente al rival opositor de la derecha, Carlos Mesa; una victoria de más de diez puntos que garantizaba no tener que acudir a una segunda vuelta.
No obstante, meses antes, sectores de la derecha boliviana alertaban de un posible fraude electoral. Aunque sin pruebas, el relato fue tan fuerte en algunos casos que hasta se abstuvieron de........