La involución democrática

El inverosímil aspirante a premio Nobel de Economía está hundiendo los principales índices económicos a niveles sin precedentes. Caen los indicadores de actividad, las fábricas funcionan a media máquina, los comerciantes ven desplomarse sus ventas, la inflación está lejos de ser abatida, el dólar se dispara, la desocupación crece incontenible y las remuneraciones de los trabajadores, registrados o precarizados, al igual que los montos de las jubilaciones y pensiones, se derrumban mes a mes. Todo esto es celebrado como un éxito por los exóticos feligreses de la secta anarcocapitalista y sus inescrupulosos beneficiarios.

Claro que semejante debacle, cuyas repercusiones sociales y políticas son de extrema gravedad, no es nueva en nuestra historia. La dictadura genocida, el menemismo y más recientemente el macrismo promovieron ese proyecto con la eterna esperanza de que luego de tanto dolor –tenido como inevitable– la economía argentina renacería liberada de sus herencias estatistas y “populistas” y se encaminaría resueltamente hacia el desarrollo.

Esta apuesta por los mercados libérrimos no fue sino una funesta ilusión pues jamás se había verificado en la historia, en ningún país, y la Argentina no fue la excepción. Pero servía como pretexto para ocultar que de lo que se trataba era de favorecer la redistribución regresiva del ingreso y concentrar la riqueza en cada vez menos manos. Sabemos cómo terminaron esos ensayos neoliberales: crearon sociedades mucho más injustas, acrecentaron el número de pobres e indigentes, profundizaron el atraso........

© La Haine