Objetivamente, el semestre de la presidencia española de la Unión Europea se ha saldado con dos novedades fundamentales: el impulso a la energía nuclear y la propuesta de medidas fuertemente restrictivas en materia de inmigración. Sí, ha leído usted bien: más nucleares y menos inmigración. ¿No es paradójico? Porque la política que Pedro Sánchez abandera en España ha ido en sentido exactamente contrario: menos nucleares y más inmigración. ¿Acaso Sánchez es uno cuando manda en Europa y otro cuando manda sólo en España? Bien sabemos todos de la versatilidad del personaje, pero no.
Lo que ocurre es, simplemente, que el presidente de turno de la Unión Europea no es más que un cargo rotatorio de carácter protocolario sin mayor trascendencia. Viene muy bien, es verdad, para que nuestros políticos se pongan flamencos y hagan posturitas en Estrasburgo, con el consiguiente aplauso de la prensa adicta y de la muy poco famélica legión que vive de limpiar el gran escenario, pero realmente no le importa un bledo a nadie. Y menos aún a los que de........